Tuesday, February 23, 2010

Más allá del principio de placer de las Señoras que...

por Ibrahim B.

"Para el maximalismo norteamericano y todo lo que ha venido después —hasta Los muertos—, el storytelling, los lugares comunes y gags audiovisuales implicaron una suerte de disrupción a la hora de resituar la genealogía del relato: la inspiración no provenía ya de Sade, provenía de Tarantino. Fenómeno trendy (o no), reverso optimizado del (mal) chiste también conocido como microrrelato, en la actualidad nos es posible intuir que la proliferación de webs presuntamente ingeniosas en Facebook podría llegar a ser un paso más allá en el eterno proceso de solapamiento entre la masscult y la producción intelectual sofisticada, en la medida que semejantes webs parten como guerrilla de ideas, de manera anárquica, directamente del anonimato: lo que en la red social primero fue reflejo del principio ontológico de la distinción (ser fan de XXX como distintivo o construcción o reafirmación identitaria), ha pasado a convertirse en gesto de reconocimiento al ingenio del desconocido que percibe nuevos lugares comunes, más o menos inéditos en las producciones audiovisuales, y por supuesto en literatura: «enrollarte contigo mismo en el espejo», «señoras que roban flores del decorado urbano», «Moderno/as que llevan un iPod de 10 gramos y unos auriculares de medio kilo», «Hombres que llevan la mochila de la Barbie de sus hijas», «Dar un abrazo de consuelo y tener una erección», «Tocar el banjo en la mecedora del porche», «Usar metáforas innecesariamente complejas para explicar cualquier cosa», etcétera, es, si me lo permiten, la reducción al mínimo exponente del relato, lirismo hiperconcetrado, notas mentales o materia prima a partir de la cual desarrollar otras historias: la fragmentariedad no puede ir más allá. Aquí se acaba. (aquí sigue)

2 comments:

Ricardo said...

La alegoría de la castidad de Hans Memling no se hizo para ti...ni para mi, pura retórica.
Llueve en Madrid,
fieras célibes inventan nuevas transgresiones,
ascetas del kárma
y violadores de la moral
se aúnan para gritar tu nombre:
POLA

F. said...

che, cómo le doy eh

qué ganas